He pensado que podíamos adelantar la entrada musical de mañana, porque sé que algunos os váis de puente. Así que disfrutemos de la música hoy.
Además, lo de hoy son palabras mayores. No sé si recordaréis que hace unos día os hablaba de los conciertos participativos. Bueno, pues ya estoy metida de lleno en uno nuevo: los días 10 y 11 de diciembre cantamos el Mesías de Händel en el Auditorio Nacional, así que hace unos días empezaron los ensayos para los que cantamos este oratorio por primera vez.
Y una de las piezas con las que más estoy disfrutando es la que hoy os invito a escuchar. Se trata del coro And With His Stripes We Are Healed, una pieza que encontramos en la segunda parte del oratorio (la parte dedicada a la muerte y resurrección). Toma las palabras del profeta Isaías en el Antiguo Testamento (Isaías 53:5): "Y por sus llagas fuimos curados". Esta breve frase se va repitiendo a lo largo de una estructura de fuga.
Si os pica la curiosidad, os invito a que, en lugar de ver el vídeo, solo lo escuchéis. Es una estupenda interpretación del English Concert Choir bajo la dirección de Trevor Pinnock (¡cómo me gusta lo que hace este hombre!), pero las imágenes no tienen demasiado interés. Lo que os propongo es que echéis un vistazo a la partitura mientras escucháis esta fuga. Ni siquiera hace falta que sepáis leer música. Mirad el texto. Rápidamente os daréis cuenta de que en la pieza hay muchos silencios, eso es porque hay un tema (también hay un contratema) que se va repitiendo, saltando de una voz a otra, como si fuera persiguiéndose entre las voces (de ahí lo de "fuga"). En este caso, se trata de las cuatro notas largas con que comienza la pieza): "And with His stripes". Comienzan las sopranos, continúan las altos, retoman el tema los tenores casi al final de la primera página y finalmente entran los bajos en la mitad de la segunda página. Las voces se persiguen, se persiguen, pero no se encuentran hasta el adagio final.
Ya sabéis que no soy más que una aficionada con unos conocimientos musicales muy limitados y no me fío demasiado de mis explicaciones, así que si queréis saber más, os invito a que visitéis el fantástico blog En clave de Sil o la siempre útil Wikipedia. De todas formas, como con cualquier tipo de música, lo importante es disfrutar de ella, dejarse embelesar y conmoverse. Así que la otra receta, mucho más sencilla, es simplemente cerrar los ojos y disfrutar de esta joya (y si os gusta, escuchad el oratorio entero, ¡que es mucho más que el famoso Aleluya!). Feliz puente, queridos. Yo lo pasaré metida de lleno en otro proyecto musical del que probablemente os hablaré la semana que viene. Disfrutad.