Pongámonos en antecedentes.
Una semana antes de casarse, Margarete (Gretchen) Haase descubre que su prometido la engaña, por lo que lo abandona y regresa a la casa familiar. Gretchen quiere retomar las riendas de su vida, que hasta entonces había estado a la sombra de su prometido, y centrarse en su carrera como médico. Así, su padre la anima a solicitar un puesto como asistente en el hospital que él dirige.
Una vez en el hospital, Gretchen descubre que su jefe de servicio en cirugía será Marc Maier, un antiguo compañero de instituto que la humillaba constantemente y del que estaba enamorada. En el momento del reencuentro, Marc aprovecha para burlarse una vez más de ella. Una actitud totalmente opuesta a la del bondadoso y sensible doctor Mehdi Kaan, el jefe de ginecología, al que había conocido unos días antes en una situación un poco humillante.
Además del triángulo amoroso formado por los tres protagonistas, por la serie circulan otros personajes, como las enfermeras Gabi y Sabine, la familia de Gretchen, la madre del doctor Maier, etc., provocando diversos enredos amorosos y aliviando la tensión romántica principal con otras tramas secundarias.
La serie responde completamente al modelo de la literatura femenina europea, al estilo del popular Diario de Bridget Jones, en el que se basa sin temor ni demasiada vergüenza. A diferencia de las novelas estadounidenses de este género, donde la protagonista suele ser joven, atlética, bella, estilosa, sensible, inteligente y profesionalmente muy competente, Gretchen es el prototipo de anti-heroína de la chick lit europea, creando un personaje mucho más cercano. Alrededor de la treintena, sigue esperando al príncipe azul. Sus imperfecciones (es torpe, despistada y un poco gafe; está acomplejada por su sobrepeso y su estilo haría llorar a Carry Bradshaw) la hacen muy humana. Rápidamente te encariñas con ella y te implicas en sus peripecias. Entre otras cosas, porque sabes que terminará conquistando al hombre de sus sueños. Es solo cuestión de constancia y tiempo (exactamente, tres temporadas).
Pero hasta que lo consiga, podemos agarrar un mantita y un chocolate caliente, rebujarnos en el sofá y disfrutar del humor ligero y los enredos amorosos en una serie donde los casos médicos son una mera excusa para poner en marcha el engranaje novelesco. Y ya sabemos que ese es el objetivo de esta serie, pasar un rato agradable al calor de un entretenimiento sin pretensiones y saber que, al final, la chica normal terminará con el hombre inalcanzable, demostrando que los sueños, al menos en tu televisor, se pueden hacer realidad.
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