miércoles, 3 de diciembre de 2014

O negócio: qué divertido es ser prostituta




Una vez acabadas mis clases de portugués, leído mi primer libro y vista mi primera película, llevaba tiempo queriendo ver alguna serie brasileña. Lorenzo Mejino es el experto en series exóticas y raritas, así que tras su recomendación y la de Cecilia García, pensé que lo mejor sería empezar con O negócio.


Una vez terminada la primera temporada de trece episodios (la segunda ya está también disponible), ahí va mi valoración resumida: O negócio es una serie sin corazón que hay que ver sin cerebro. 


Eso no significa necesariamente que no sea disfrutable o que no vaya a darle una oportunidad a la segunda temporada. Pero gustar, lo que se dice gustar, yo no diría que me ha gustado. La serie trata sobre tres prostitutas que deciden asociarse para dar una vuelta de tuerca a la profesión más antigua del mundo y aplicar técnicas de marketing para posicionarse como producto de lujo. 


Vaya por delante que su factura técnica es impecable, como es de esperar por parte de la HBO. El argumento es atrevido, llama la atención y los episodios están escritos milimétricamente para que en ningún momento se hagan pesados. Las tramas episódicas y el argumento general se combinan sin problemas. Las primeras centran cada episodio en un concepto de marketing; Karin, cerebro del grupo, tiene una idea que presenta a las otras chicas e intentan ponerla en práctica. Tras algunos contratiempos la idea termina por dar frutos y las chicas suben un peldaño más en su escalada hacia el éxito profesional. El argumento general tiene más que ver con sus vidas personales, cómo su trabajo les afecta a ellas o a quienes les rodean y sus enfrentamientos con la competencia, encarnada en el personaje de Ariel, antiguo proxeneta de Karin, que no soporta ver cómo su exprotegida supera al maestro. Y, como es de esperar, la serie incluye bastantes escenas de sexo (soft) en los episodios.


Para mí la serie tiene varios problemas. El primero es ese esquema del que no se sale en ningún momento y que hace que al cabo de algunos episodios se pierda el interés. No hay peligro real y sabes que las protagonistas saldrán adelante, ilesas, más sabias y más ricas, tras cada episodio. El malvado Ariel es una y otra vez vencido pese a sus artimañas. Las tres chicas, tan distintas y tan amigas, responden a prototipos que, salvando las distancias, llevamos reconociendo por lo menos desde Jane Austen (y aunque la comparación parece peregrina, si os paráis a pensar, no lo es tanto). O, si nos ponemos estupendas, desde Sexo en Nueva York. Karin es la mujer fría, analítica e inteligente. Luna es la "romántica" cuya mayor aspiración es conseguir un marido rico que la retire y Magali es la más joven, la alocada fiestera que tiene todo por aprender. Solo con ver a las protagonistas caminando ya sabemos quién es quién y por dónde van a ir sus andanzas. 


El último problema, que es el que quizá más me haya molestado es la frivolidad de la serie. No me importa ver una serie sobre prostitutas; ni siquiera me importa que se trate en tono de dramedia. Eso ya lo hizo Billie Piper de forma muy satisfactoria en Secret Diary of a Call Girl. Pero me revuelve lo más profundo de mi ser que esas mujeres en ningún momento tengan ni la más mínima duda moral y que, al final, se rindan a los hombres. Quieren ser libres, pero son esclavas de su propia dependencia, económica e incluso emocional, de los supuestos secundarios que las rodean. 



Además, las protagonistas están completamente vacías; más allá del dinero, de la ropa bonita y de los hombres no hay nada. Las vemos pasar por la peluquería o la manicura (¡lo de la manicura semanal es tan brasileño!), pero las pocas veces que las vemos agarrar un libro siempre son de marketing. Por no hablar de la falsedad infinita del mundo que muestran: en serio, ¿en São Paulo solo hay hombres ricos blancos, de más de 1,75, de menos de 60 años y menos de 90 kilos? ¿O es que para ser cliente de estas señoras hay que pasar un casting? No digo que haya que convertir la serie en una cosa profunda sobre la ética, la diversidad o el empoderamiento de la mujer, pero resulta indecente, y no precisamente por las escenas subidas de tono. La serie es totalmente aséptica, no hay suciedad, no hay variedad, no hay riesgo ni dudas.


Así que sí, la serie es disfrutable. Pero solo si antes desconectas tu cerebro y guardas tu corazón en una cajita. Si ese es el mundo real, yo me bajo en la siguiente parada.Y para mundos de fantasía, prefiero algo menos sórdido. O más sórdido. En cualquier caso, con más enjundia.




lunes, 1 de diciembre de 2014

Una de podcasts de actualidad




A veces no es fácil estar al día de lo que sucede en el mundo. Si muchas veces no tenemos tiempo ni para los titulares, cuánto más para leer artículos de análisis en profundidad o crónicas.


Una solución para mantenernos al día, claro, es seguir a nuestros medios de cabecera por Twitter. Información en tiempo real, titulares, fotografías llamativas o anécdotas más o menos jocosas pueden llamarnos la atención y llevarnos a dar el salto y leer la noticia completa, pero seguimos quedándonos en la superficie. 


La solución para mí es escuchar podcasts de actualidad. Por suerte, los servicios de radio de muchos países ofrecen crónicas o documentales de lo más interesante para descargar y, sin ser un sustituto de la prensa escrita, pueden solventar en cierta medida el problema de la desinformación (no es sorprendente que en una época en la que tenemos todo a nuestra disposición acabemos aislándonos tanto y sin enterarnos de lo que sucede a nuestro alrededor). Me entretienen mientras paseo al perro, aprendo y practico idiomas. ¿Qué más se puede pedir?


Aquí os presento algunos de los podcasts de actualidad que sigo y que escucho normalmente, uno por idioma. Todos están disponibles en iTunes. Además, quiero imaginar esta entrada como una invitación a que vosotros también recomendéis otros podcasts u otras fuentes de información. Así, todos salimos ganando.


Interception (en francés): FranceInter nos ofrece un podcast semanal (el programa se emite los domingos) con temas de actualidad centrados sobre todo en el país galo y sus territorios de ultramar. De la desaparición de los plataneros que dan sombra en el Canal du Midi al desempleo y la falta de oportunidades en la pequeña isla de Mayotte, sus temas son variados y atractivos.


Neugier genügt (en alemán): de lunes a sábado, la cadena alemana WDR5 nos trae un podcast con todos los temas imaginables, tratados con claridad y sin tapujos: del esnobismo en las presentaciones de la galerías de arte del país hasta el negocio de la ropa a medida en Vietnam. No todos son igualmente interesantes y, a poco que te descuides, se te llena la lista en el móvil, así que mejor elegir según nuestros intereses e ir borrando.


Documentaries (en inglés): lo raro sería que yo no estuviera enganchada a los documentales de la BBC en su formato radiofónico. Seguro que muchos ya los conocéis, pero, por si acaso, aquí están. Ideales para practicar inglés (y no solo el "Received English"), los periodistas de la BBC nos hacen viajar en el tiempo y el espacio, desde los barcos que tratan de garantizar la seguridad en el Golfo de Guinea al gueto de Varsovia durante la II Guerra Mundial. Y, cuando el tema lo permite, con sus gotitas de humor bien inglés.


Globo News Painel (en portugués): no se trata en este caso de crónicas ni documentales, sino de tertulias semanales (el programa se emite los domingos) de contenido político sobre la actualidad de Brasil. Interesante para estar al día de los temas candentes en el país.


Entre paréntesis (en español): de lunes a viernes, entre las 15:00 y las 16:00, Lucía Vilaplana y Marta Gómez presentan en Radio 5 tratan a fondo temas de actualidad, pero que no siempre llegan a las primeras planas. En España y fuera del país.


Y esto es todo por el momento. ¿Qué podcasts de actualidad escucháis vosotros? ¿Preferís los servicios de noticias "oficiales" o podcasts más alternativos? ¿Podríais recomendar podcasts de actualidad de otros paíes? ¿Y en otros idiomas?