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jueves, 30 de enero de 2014

La Ceuta de Telecinco




Cuando desde @birraseries me invitaron a festejar este miércoles el segundo aniversario del grupo viendo El príncipe, no tenía nada claro si quería ir. Por un lado era una nueva ocasión para reencontrarme con otros seriéfilos con los que habitualmente me relaciono por Twitter y además con una celebración importante (espero poder dedicarle un post entero al tema en breve). Por otro lado, ver una serie española, y además de Telecinco, me echaba bastante para atrás... 


Pero como los prejuicios están para superarlos, había que darle al menos una oportunidad a la serie. Y allá fui.


En primer lugar nos ofrecieron un pequeño aperitivo, tras lo cual unos 80 blogueros pudimos disfrutar del primer episodio, de algo más de una hora, para finalmente tener un encuentro con los creadores César Benítez y Aitor Gabilondo. También participaron en la presentación Mirta Drago, Directora de Comunicación de Mediaset y Paolo Vasile, Consejero Delegado de Mediaset en España, al que seguro que todos conocéis.


El título de la serie hace referencia a un barrio fronterizo y conflictivo de Ceuta al que llega un nuevo inspector jefe, Morey (Álex González), para hacerse cargo de la comisaría del distrito, controlada hasta entonces por el corrupto Fran (José Coronado), e investigar a una posible red de fundamentalistas. Al llegar a la ciudad conoce a Fatima (Hiba Abouk), profesora de un centro cívico y hermana de Farouk (Rubén Cortada), el capo del tráfico de drogas en el barrio. 


La idea de la serie me pareció desde el primero momento de lo más interesante y como ya comenté a la reportera de Telecinco tras la emisión del episodio, me alegra que aprovechen las distintas realidades de la sociedad española para contar historias que se alejen del costumbrismo más rancio. Hay vida más allá de familias, bares y vecindarios chuscos. Ese me parece el gran acierto de la serie y espero que sepan explotarlo al máximo. 


Además, algunas interpretaciones son más que correctas: sorprende escuchar a Rubén Cortada después del fiasco de El tiempo entre costuras y hay que destacar al veterano José Coronado, con un papel de villano que es más de lo que parece.


El problema, si acaso lo fuera, sería que es una serie pensada para ser rentable. Telecinco no es el Plus y El príncipe no es Crematorio. Así que han cogido una idea fantástica y le han añadido ya desde el primer episodio un bar, unos niños, una historia de amor y un policía chistoso. Entiendo perfectamente los motivos y estoy segura de que los torsos desnudos y la imprescindible escena de cama encontrarán muchos más adeptos que las persecuciones o los preciosos exteriores que nos enseñan una Ceuta vibrante y luminosa. Cuando se busca agradar al gran público, se acaba por incorporar una serie de temas ya trillados y que ensombrecen la originalidad inicial del trabajo de los creadores. Si a eso le añadimos algún giro de guión cutre y una música incidental reiterativa y ensordecedora, podríamos llegar a concluir que la serie es un petardo...


Y tampoco es eso. Evidentemente no es The Wire, ni Engrenages, ni Romanzo Criminale (serie que, por cierto, Vasile alabó ante la pregunta de uno de los asistentes), pero me parece un producto digno y que tiene muy claro a dónde quiere llegar. Y que seguramente consiga el éxito esperado. Además de la idea y las interpretaciones, que ya he mencionado, tiene cosas cuidadas, unos excelentes efectos visuales y unas escenas de acción muy creíbles. Además, es una gozada de ver, y no me refiero a sus protagonistas masculinos: hay una escena en la que solo por los caftanes ya da ganas de ir de boda en el Magreb.

Después de ver el episodio, los responsables se sometieron a las preguntas de los asistentes. Y aunque ante muchas de las ellas prefirieron irse por la tangente, sí que dieron algunos datos útiles, como que se inspiraron en hechos reales acaecidos en 2008 o que desean que la serie, de alguna forma, normalice la multiculturalidad en nuestro país. También confesaron que, aunque solo tienen diseñada esta temporada, esperan poder darle continuidad a la historia a largo plazo. Además, destacaron que, en lugar de una serie policiaca procedimental, querían ver la temporada como una gran película dividida en trece partes. Por último, también me llamó mucho la atención que, antes del episodio, emitirán un documento explicando la problemática real de El príncipe y la ciudad de Ceuta.


Durante el encuentro, además, tuve la suerte de estar sentada con una de las responsables de la productora y me estuvo contando un poco más de tú a tú el trabajo de desarrollo de la serie. Aunque no pudimos hablar mucho, fue muy interesante y me animó a seguir con ella, porque al parecer irá ganando y asentándose con el paso de los episodios. También me comentó que han intentado pegarse lo máximo posible a la realidad, hasta el punto de que algunas de los sucesos que se muestran en la serie luego han llegado incluso a ser noticia a posteriori. Además, al parecer, ya hay grupos que se están quejando de la imagen que se ofrece de la comunidad musulmana (y tengo que reconocer que en cierto modo lo entiendo)... 


Como ya me ha sucedido en otras presentaciones, me cuesta criticar una serie después de ver el trabajo que esconde detrás. Los creadores saben de sobra qué es una buena serie y estoy segura de que sin las limitaciones de un presupuesto y unos objetivos de audiencia, serían más que capaces de hacer grandes cosas. E intentan llegar a ello. Cuando ves el esfuerzo y el cariño de quien lleva desarrollando un proyecto desde hace años, se hace difícil despotricar desde la comodidad y el anonimato del sofá. Así que, a pesar de los fallos, me niego a quedarme en lo negativo e intentaré darle unos episodios más (espero que queden disponibles en la web, porque no quiero ni pensar a qué hora terminarán la emisión en prime-time si añadimos los anuncios). Al menos, como recomendó uno de los que más sabe de esto, hasta el cuarto episodio. Si la véis, ya me contaréis qué os ha parecido. 



viernes, 6 de septiembre de 2013

Policías sin fronteras



La entrada en vigor en 1995 del llamado "espacio Schengen" aportó grandes ventajas para la unidad europea, puesto que permitía la libre circulación de personas y mercancías dentro de sus fronteras interiores. Sin embargo, esta libertad de movimiento, tan útil para el comercio y el turismo, abría a su vez nuevos horizontes a las redes de delincuencia, que ahora podían operar con mayor facilidad en los distintos países que integran dicho espacio.


Partiendo de esta premisa, no es de extrañar que tarde o temprano surgieran series que explotaran esta delincuencia transfronteriza y la cooperación entre la policía de los distintos países. La última serie en acercarse a este mundo es Crossing Lines, que AXN estrena en España el día 26 de septiembre a las 22:15, y de la que anoche pudimos disfrutar gracias al preestreno organizado por el canal y por @birraseries.


Según pudimos ver en la primera parte de su primer episodio doble, Crossing Lines es un drama policiaco en el que Carl Hickam (interpretado por William Fichtner, uno de esos eternos secundarios a los que hemos visto en multitud de películas y series sin fijarnos especialmente en él, y que se acercó a Madrid para presentar la serie y responder con gran amabilidad a quienes asistimos al preestreno), un policía apartado del servicio activo por un accidente que le ha dejado la mano derecha inválida, se une a un grupo de élite de la policía para ayudarles a resolver los crímenes de un asesino en serie.


William Fichtner respondiendo a
nuestras preguntas con Stefan Nicoll, su intérprete.
No se puede decir gran cosa habiendo visto únicamente una hora de metraje, pero a mí me ha dado buenas sensaciones. Tiene algunas cosas que no me gustan: la presentación de los miembros de ese grupo internacional de policías suma un cliché tras otro; además, encontramos la sensiblería y el peloteo típicos al hablar de la labor del Tribunal Penal Internacional de La Haya (esta serie no va a ser el lugar en el que ver una crítica al sistema), y el pasado atormentado del protagonista es otra de esas historias que hemos visto mil veces.


Sin embargo, a pesar de todo ello, la serie me parece prometedora: las localizaciones (la serie empieza en París, para luego llevarnos en Thalys hasta La Haya antes de regresar a la ciudad del Sena, y en el futuro nos llevará a Praga y a otras capitales europeas), la química entre los personajes (qué sorpresa encontrar a Marc Lavoine) y la trama transfronteriza pesan más que los problemas, que espero que se limiten a ese exceso de exposición que a menudo encontramos en los episodios piloto. Aun así, esto no es un documental sobre la Europol, esto es una serie de acción, así que tampoco le pediría demasiado. Si queremos una serie que retrate la labor de la policía europea con cierto realismo, siempre podemos volver a ver la fantástica Engrenages.


Veremos por dónde continúa; yo, por ahora, seguiré con ella (y no solo por el policía norirlandés, aunque cuando veáis la serie, entenderéis que sería argumento suficiente). Espero que exploten sus puntos fuertes y lime los fallos que podía tener el piloto. Nos espera un viaje que puede resultar muy interesante. Ya os contaré qué tal.