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miércoles, 15 de enero de 2014

Otra vuelta de tuerca a Austen



La pobre Jane Austen lo aguanta todo. O quizá debería corregirme y decir que Orgullo y Prejuicio lo aguanta todo... Cuando no se aprovecha la expiración de su copyright para llenarla de zombis, se actualiza con saris y un Bollywood descafeinado, o se desvirtúa todo su humor para convertirla en una cursilada absurda. Y aún no quiero hablar sobre La muerte llega a Pemberley, pero intuyo que tampoco se va a salvar de la quema.


Así que no es fácil acercarse a un nuevo homenaje a la novela sin prejuicios (guiño, guiño). No basta con ser medianamente ingenioso y conocedor del mundo austeniano, ni amar a los personajes; ni siquiera la erudicción te va a salvar, ni probablemente el respeto a la obra. No sé muy bien cuál es la fórmula, pero por suerte creo que en Austenland, basada en la novela homónima de Shannon Hale, esta funciona. Y, además, lo hace en ambos niveles: el del homenaje y el de la comedia.


El argumento ya me parece fantástico: Jane Hayes es una austenita de manual, con su Darcy de cartón a tamaño natural, sus tazas liberty y la cabeza llena de romanticismo e irrealidad, que decide invertir todos sus ahorros en una "experiencia Austen" en Inglaterra, con su caserón, sus vestidos, sus actores, etc. Una vez allí, va descubriendo que mezclar ficción y realidad puede ser peligroso.


No nos llevemos a engaño, la película es una comedia romántica con todos los clichés del género, así que resulta bastante previsible, y utiliza a Jane Austen como podría utilizar una convención de trekkies o la Comic-Con para poner en marcha la maquinaria. Además, quitando el guiño que supone el protagonismo de JJ Feild (¡qué voz!) y la obra de teatro que montan los personajes (creo que es hora de volver a leer Mansfield Park, aprovechando el centenario). parece que para ser austenita baste con haber visto la sempiterna adaptación de la BBC de 1995 (¿o había otros guiños al resto de novelas y los he pasado por alto?). 


Pero como comedia es deliciosa. Ya he dicho que el punto de partida me encanta y me parece ridículo que haya llegado a ofender a algunos seguidores de Austen. ¿En serio? ¿Dónde se ha quedado el sentido del humor que es tan patente en su novelista favorita? Me parece que la sátira está tratada con mucho respeto (y, si la película tuviera un mensaje, sería precisamente ese: no te lo tomes demasiado en serio, vive tu vida) y se nota el cariño y el "fandom" de los creadores. Todo el mundillo que rodea a Austenland es divertidísimo, con esa megafonía, esos actores en sus periodos de descanso y esa Jane Seymour como una regadera. Las austenitas locas son hilarantes y mi querido Bret está estupendo (lo sé, no soy objetiva, echo mucho de menos sus sudaderas de animales).


Así que me parece una comedia fácil pero muy recomendable. Y no solo para los fans; creo que cualquier amante de la rom-com se lo va a pasar pipa, tanto con los elementos más caricaturescos como con el tema romántico. Entiendo que quizá es una peli muy nicho y por eso no se va a estrenar en cines en España, pero a mí, que no llego ni a austenita de todo a cien, me ha encantado. 



jueves, 21 de noviembre de 2013

Bridget y Lizzie



Ayer, las chicas de El salón de té de Jane Austen tuvieron la amabilidad de invitarme a un chat sobre El diario de Bridget Jones. Como siempre que coincido con ellas, pasé un rato muy ameno y se me hizo cortísimo. Lo bueno que tienen estos encuentros es que combinan cierta banalidad y erudicción, por lo que resultan muy muy divertidos. Espero que la próxima ocasión llegue pronto.


Como hacía ya varios años que había visto por última vez la película (a volver a leer el libro no me daba tiempo), aproveché para hacerlo de nuevo. Y me llamaron la atención varias cosas a las que en las dos anteriores ocasiones quizá no había prestado tanta atención.


Seguro que todos habéis leído el libro o visto la película. En mi caso, leí el libro allá por el 98 o 99, recomendado por una compañera de la universidad que en aquel entonces estaba obsesionada con Bridget. La película es de 2001 y causó sensación. Ambos supusieron un resurgir de la chic-lit, la literatura romántica contemporánea, cuyo principal exponente seguramente fue Marian Keyes y su Sushi para principiantes.


No estoy segura de haber leído Orgullo y prejuicio antes que El diario de Bridget Jones, aunque probablemente habría visto alguna película. De lo que sí que estoy segura es de que no había visto La (sí, con mayúsculas) adaptación de la BBC de 1995, así que muchas referencias se me escapaban. Lo curioso es que disfruté muchísimo de la novela y me divertí de lo lindo con ella. Lo mismo sucedió con la película la primera vez que la vi.


Sin embargo, la gracia está precisamente en el paralelismo y en todas las referencias de que hacen gala tanto el libro como la peli. Aunque hay diferencias evidentes entre ambos, como el hecho de que la Bridget de la novela sea mucho más paranoica y enfermiza que la protagonista de la peli, o algunas tramas secundarias, como la historia de la madre, libro y film son muy parecidos, así que podemos tratarlos como una unidad.


Así que cuando volví a ver El diario de Bridget Jones unos años más tarde, todo un mundo meta se me reveló: los padres de la heroína, Mark Darcy, Daniel Cleaver y la propia Bridget adquirieron una nueva dimensión para mí. Es lo que tiene seguir el orden contrario al lógico... No sé si a alguien más le habrá sucedido.


A pesar de todo, considero que la inspiración de Hellen Fielding en Orgullo y prejuicio es más superficial de lo que parece a simple vista. Es evidente que la autora pretende hacer una actualización del clásico de J. Austen, pero convertir a la inteligente y orgullosa Elizabeth Bennet en una metepatas redomada como es Bridget no sé si se debería considerar un homenaje o una simple herramienta para que cuadren las piezas de la comedia. Por el contrario, creo que el resto de personajes principales sí se ciñen mejor a aquellos en los que se inspiran: el señor Jones, al igual que el señor Bennet, intenta vivir al margen de lo que sucede a su alrededor, aunque el padre de Bridget resulta mucho más pasivo que el cínico e ingenioso patriarca Bennet. La señora Jones sí es una réplica de la sra. Bennet aunque en algunos momento más parece una mezcla de esta con la atolondrada Lidia y probablemente sea la que ofrece una actualización más convincente del carácter de los personajes originales.


¡Qué decir de Wickham-Cleaver y Darcy-Darcy! Hellen Fielding tenía un material de partida tan bueno que era difícil no conseguir un triángulo perfecto. Además, convertir la trama de Georgiana en una infidelidad por parte de la mujer de Mark me parece un acierto sobresaliente. Y conseguir que Colin Firth aceptara el papel de Mark Darcy es la cuadratura del círculo. Envidio enormemente a quienes vieran la película en el cine conociendo ya la adaptación del 95. Es una locura porque, como es lógico, Firth interpreta exactamente el mismo papel, aunque el Darcy de los noventa sea mucho menos altivo y mucho más vulnerable que el protagonista de Orgullo y prejuicio. La escena en que Mark le enumera a Bridget todos sus defectos para terminar diciendo que, a pesar de todo, le gusta es absolutamente deliciosa. 


Es cierto que donde la novela de Jane Austen hace uso de un humor fino e inteligente, El diario de Bridget Jones es mucho más directo y grueso, pero supongo que es el tono de los tiempos que corren. Y también es cierto que para creerse la película y que el romance funcione hay que dejar de lado ciertas reticencias (ayer se comentaba que, después de esa escena final en la nieve, lo que no nos enseñan es la pulmonía de la protagonista), pero como comedia romántica funciona a la perfección. Algunos de los elementos añadidos, como los amigos de Bridget que sustituyen a las hermanas Bennet y a Charlotte Lucas, son geniales. Por no hablar de una banda sonora perfecta que, según comentamos en el chat, a más de una nos acompañó durante una buena temporada.


En definitiva, Firth, Grant y Zellweger están estupendos a pesar de la polémica que hubo en su momento por elegir a una estadounidense para interpretar a la heroína (cuestión de marketing, supongo). La película no ha envejecido nada mal a pesar de tener ya más de diez años y yo diría que podemos considerarla un clásico del género. Lástima que la señora Fielding haya querido seguir haciendo caja con una tercera parte que ha enfadado a los fans y que no estoy segura de querer leer...



domingo, 18 de agosto de 2013

It is a truth universally acknowledged...



El 28 de enero de 1813 se publicó la obra anónima Pride and Prejudice que, en realidad, había sido escrita por una joven llamada Jane Austen. Creo que nadie imaginaría que 200 años después, la autora seguiría totalmente vigente y su obra gozaría de una salud de hierro. 


Ayer se celebró en el Parque del Retiro de Madrid un picnic conmemorativo de dicha publicación, organizado por el foro Salón de té de Jane. Aún no sé muy bien qué casualidad me llevó a contactar con las organizadoras, pero terminé formando parte del picnic y me gustaría contaros la experiencia:


Después de encontrarnos en la entrada del parque, nos dirigimos al rincón donde se iba a desarrollar la jornada. Algunas de las participantes iban a acompañadas por sus parejas, otras llevaban primorosos trajes de la Regencia y casi todas portábamos nuestro ejemplar de la novela, nuestras cestitas y nuestros manteles de picnic. Una vez instaladas, se presentó el evento, que comenzó con la lectura de nuestros pasajes favoritos de la novela y una breve explicación del motivo: se mencionó la vigencia de los sentimientos universales que describe, la calidad de la prosa de Austen, la sorprendente ausencia de la cursilería y el romanticismo exacerbado que se le suele atribuir, la profundidad psicológica en la caracterización de los personajes, etc. A continuación, tras un pequeño concurso en el que había que identificar la adaptación de la novela a partir de unos fragmentos de diálogo (¡en castellano!), nos obsequiaron con unos preciosos regalos (marcapáginas y tarjetas) y se desarrolló un divertido “photocall” junto a un Darcy de tamaño natural que habían traído las organizadoras.  

Después de comer continuamos con un Trivial de Orgullo y Prejuicio, que ganó el equipo Charlotte/Collins, del que yo formaba parte (¡viva! ¡viva! me siento casi tan orgullosa como cuando ganábamos al trivial en las fiestas de mi colegio mayor en Salamanca), victoria por la que fuimos galardonadas con un paquete de sutiles galletas de limón. Después nos trasladamos a El Espejo, donde si las temperaturas no hubieran sido abusivas, habríamos tomado el té. Ese fue el momento de la despedida, aunque algunas de las asistentes aún continuaron con una cena temática. 


Estoy sumamente agradecida a M.ª Carmen, Almudena, Mila, Victoria y todas las demás chicas del foro por habernos invitado a mi querida amiga Juana y a mí a su encuentro. Disfruté muchísmo de la jornada y fue fantástico poder conocer a gente tan generosa, implicada y entusiasta de la obra de Austen y de la literatura del s. XIX. Sé que nos volveremos a ver pronto y que podremos seguir charlando y divirtiéndonos con el gran placer que proporciona la lectura. 

Por lo demás, solo me queda invitar a todo el mundo a leer o releer la gran novela que es Orgullo y prejuicio; aunque existen fantásticas versiones en castellano, a quien pueda siempre le recomendaría acercarse a la obra en su idioma original: efectivamente, la autora describe con una sobriedad y una precisión quirúrgica unos sentimientos que son perfectamente válidos hoy en día, y no hay mejor manera de disfrutarlo que en el idioma original. Orgullo y prejuicio es mucho más que una comedia romántica. Y esta efeméride es la excusa perfecta para volver a descubrirlo.