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lunes, 1 de diciembre de 2014

Una de podcasts de actualidad




A veces no es fácil estar al día de lo que sucede en el mundo. Si muchas veces no tenemos tiempo ni para los titulares, cuánto más para leer artículos de análisis en profundidad o crónicas.


Una solución para mantenernos al día, claro, es seguir a nuestros medios de cabecera por Twitter. Información en tiempo real, titulares, fotografías llamativas o anécdotas más o menos jocosas pueden llamarnos la atención y llevarnos a dar el salto y leer la noticia completa, pero seguimos quedándonos en la superficie. 


La solución para mí es escuchar podcasts de actualidad. Por suerte, los servicios de radio de muchos países ofrecen crónicas o documentales de lo más interesante para descargar y, sin ser un sustituto de la prensa escrita, pueden solventar en cierta medida el problema de la desinformación (no es sorprendente que en una época en la que tenemos todo a nuestra disposición acabemos aislándonos tanto y sin enterarnos de lo que sucede a nuestro alrededor). Me entretienen mientras paseo al perro, aprendo y practico idiomas. ¿Qué más se puede pedir?


Aquí os presento algunos de los podcasts de actualidad que sigo y que escucho normalmente, uno por idioma. Todos están disponibles en iTunes. Además, quiero imaginar esta entrada como una invitación a que vosotros también recomendéis otros podcasts u otras fuentes de información. Así, todos salimos ganando.


Interception (en francés): FranceInter nos ofrece un podcast semanal (el programa se emite los domingos) con temas de actualidad centrados sobre todo en el país galo y sus territorios de ultramar. De la desaparición de los plataneros que dan sombra en el Canal du Midi al desempleo y la falta de oportunidades en la pequeña isla de Mayotte, sus temas son variados y atractivos.


Neugier genügt (en alemán): de lunes a sábado, la cadena alemana WDR5 nos trae un podcast con todos los temas imaginables, tratados con claridad y sin tapujos: del esnobismo en las presentaciones de la galerías de arte del país hasta el negocio de la ropa a medida en Vietnam. No todos son igualmente interesantes y, a poco que te descuides, se te llena la lista en el móvil, así que mejor elegir según nuestros intereses e ir borrando.


Documentaries (en inglés): lo raro sería que yo no estuviera enganchada a los documentales de la BBC en su formato radiofónico. Seguro que muchos ya los conocéis, pero, por si acaso, aquí están. Ideales para practicar inglés (y no solo el "Received English"), los periodistas de la BBC nos hacen viajar en el tiempo y el espacio, desde los barcos que tratan de garantizar la seguridad en el Golfo de Guinea al gueto de Varsovia durante la II Guerra Mundial. Y, cuando el tema lo permite, con sus gotitas de humor bien inglés.


Globo News Painel (en portugués): no se trata en este caso de crónicas ni documentales, sino de tertulias semanales (el programa se emite los domingos) de contenido político sobre la actualidad de Brasil. Interesante para estar al día de los temas candentes en el país.


Entre paréntesis (en español): de lunes a viernes, entre las 15:00 y las 16:00, Lucía Vilaplana y Marta Gómez presentan en Radio 5 tratan a fondo temas de actualidad, pero que no siempre llegan a las primeras planas. En España y fuera del país.


Y esto es todo por el momento. ¿Qué podcasts de actualidad escucháis vosotros? ¿Preferís los servicios de noticias "oficiales" o podcasts más alternativos? ¿Podríais recomendar podcasts de actualidad de otros paíes? ¿Y en otros idiomas?

lunes, 24 de noviembre de 2014

La vida secreta de los libros


He de confesaros una cosa: a veces tengo miedo. Tengo miedo, entre otras cosas, de terminar sabiendo más sobre la vida cotidiana en la época isabelina que bajo el reinado de Felipe II. O más sobre la biografía de Purcell que sobre la política actual de mi país. Y la culpa de todo la tiene la BBC. Claro que de vez en cuando les soy infiel y me voy a otros canales, pero hay que reconocer que los británicos son únicos a la hora de enganchar, con pasión y cierta desvergüenza, en sus contenidos culturales. Algo tienen sus documentales que atrapan y que, por desgracia, otras producciones no consiguen tan fácilmente.


Estos días estoy disfrutando de lo lindo con The Secret Life of Books, una serie de seis documentales de BBC4, el canal "alternativo" del ente británico. Y no puedo dejar de recomendarlo por aquí, incluso sin haberlos completado (llevo cuatro de seis). En ellos, distintas personalidades de la cultura británica descubren aspectos no demasiado conocidos de sus grandes de la literatura, de Shakespeare a Mary Shelley, de una forma amena y muy didáctica.


En el primer documental, por ejemplo, Tony Jordan, guionista televisivo y responsable, entre otros, de la archiconocida telenovela EastEnders, indaga en los motivos que llevaron a Charles Dickens a modificar en el último momento el final de Grandes esperanzas. En otro de ellos, el actor Simon Russell Beale se adentra en la polémica cuestión de la autoría en las obras teatrales del Bardo de Avon. Les acompañamos a examinar las fuentes y nos maravillamos ante las joyas que esconden la National Library o el entusiasmo con que los estudiosos de distintas universidades nos regalan sus conocimientos.


Solo por la calidad de las obras comentadas, estos documentales ya serían una delicia, pero es que esa "vida secreta" que nos descubren arroja luz sobre temas que quizá aún no conozcamos o que no nos hayamos parado a analizar, como sucede con la relectura adulta y contemporánea que la periodista Bidisha hace de Jane Eyre.


Para completar la experiencia, los documentales se enmarcan dentro de un proyecto de "universidad abierta" de la BBC, que incluye una aplicación gratuita para móviles y tabletas, así como unas breves introducciones en formato electrónico (epub y pdf) a los autores y las obras que se examinan durante los episodios.


No tengo mucho más que decir, solo animar a todo el que se deje caer por aquí a dar una oportunidad a estos fantásticos documentales; en el mejor de los casos, quizá nos lleven a volver a leer a los clásicos o a descubrir aquellos con los que aún no nos hemos atrevido. En el propio iplayer de la web de la BBC aún está disponible el último episodio, pero en Youtube podemos encontrarlos sin problemas. Aquí os dejo el primero, espero que os guste tanto como a mí.






lunes, 10 de febrero de 2014

Domingo de documentales




Entre el frío, la lluvia, el paseo pasado por agua con el perro y la modorra dominguera, no había mejor manera de acabar la semana que con un par de documentales ligeritos. Así que ayer me puse a rebuscar en mi carpeta de docus y esto es lo que salió. 


- Queen Victoria's Last Love. La verdad es que no tenía ni idea de cuál iba a ser el tema en concreto (aunque todo lo relacionado con la era victoriana es prometedor en sí mismo) y resulta que el título es completamente literal. En su vejez, la gran emperatriz británica se siente sola tras la muerte de su esposo y de su fiel John Brown hasta que encuentra en el joven Abdul Karim, un sirviente recién llegado de la India, la amistad y el apoyo que anhela. El problema es que el meteórico ascenso de este advenedizo, indio, musulmán y de origen humilde, rompe numerosos tabús en la pacata sociedad de la época y no sienta nada bien en palacio. 


El documental es puro cotilleo histórico. Resulta delicioso ver cómo la reina decide ponerse en manos del sirviente y termina comiendo curry de pollo y aprendiendo hindustaní. A la vejez viruelas. Esta mujer cada vez me admira más.


- The Secrets of Selfridges. Supongo que este docu habría que haberlo visto antes de ponerse con la serie homónima... Aunque la espoilea sin miramientos, claro. Pero volvemos al eterno debate: si se trata de un personaje real y lo que se cuenta es su biografía, ¿podemos hablar de espoilers propiamente dichos? ¿Qué es un espoiler y qué no? 


En el documental participa, entre otros, Lindy Woodhead, la autora de Shopping, Seduction & Mr. Selfridge, que ya mencioné en el blog hace unos días al hablar de Mr. Selfridge, la serie. Es curioso ver la historia del magnate desde el otro punto de vista y descubrir cuáles de los acontecimientos que se narran en la serie se basan en hechos reales y cuáles se alejan de lo que verdaderamente sucedió. Además, el documental se encarga de destacar aquellos métodos y estrategias que fueron pioneros en la venta minorista y la revolución social que un establecimiento como Selfridges provocó en el Londres de la primera mitad del siglo XX.


Pero no os preocupéis, que el docu también tiene su dosis de cotilleo histórico, lo que pasa es que prefiero que lo descubráis por vosotros mismos. Así que no tengo mucho más que añadir. Solo que me lo paso pipa con estos documentales que nos revelan la historia desde lo anecdótico... Y, por supuesto, cualquier recomendación es bienvenida. ¡Qué mina!

lunes, 13 de enero de 2014

Música y pasta: The Richest Songs in the World



Creo que ya os he contado que últimamente estoy vaga con las series. Puede que sea yo o puede que sea que no hay gran cosa que me interese en la parrilla. Aunque tengo bastantes cositas esperando a darles una oportunidad, reconozco que me apetece más ver documentales y, ahora que por fin me he comprado un cable hdmi para mi tele nueva, en mi casa ARTE vuelve a verse en pantalla grande. Y la vida es mejor.


De todas formas, de lo que yo quería hablar hoy es del último docu que he visto, es de la BBC Four y se titula The Richest Songs in the World y como su propio título indica, la premisa no podría ser más simple. En él, Mark Radcliffe hace un repaso a las diez canciones que más ingresos han generado en el último siglo.


El tema podría parecer extraño, pero el programa resulta muy entretenido y revelador. Permite sacar varias conclusiones, algunas de ellas sorprendentes, y ofrece una panorámica de la historia de la música popular un poco cínica pero muy acertada.


Ya desde el final de la lista resulta evidente que lo que da dinerito son las canciones de navidad y las canciones de amor/desamor. Y que hay que buscarse un buen abogado para no terminar siendo el pringado del grupo y ver cómo tu compañero se forra mientras tú terminas en la cuneta. Y que ser cantante no interesa, que luego las fans no te dejan tranquilo, hay que hacerse letrista, que puedes ser feo y anónimo y vivir como un rey.

En el caso de la música navideña, que tiene tres temas en la lista de las diez canciones más rentables, es gracioso ver que se han despojado del componente cristiano para centrarse en temas más familiares o nostálgicos, ya que la mayoría de sus compositores eran judíos. En cuanto al resto de canciones, el el documental no tiene reparos en hablar de royalties y ofrecer cifras que normalmente desconocemos, como los beneficios por venta de CD o descargas, en airear rencillas y repartos más o menos equilibrados, y en destacar la importancia de los productos derivados (hay un par de casos muy reveladores y que recuerdan muchísimo al famoso "Thicky Trick" que últimamente hemos visto en The Good Wife y las diferencias entre obra derivada y parodia).

 

En definitiva, un programa muy recomendable, no solo por lo que dice, sino también por lo que sugiere, que permite trazar un recorrido bastante acertado de la historia de la industria musical del último siglo (de la venta de partituras a la piratería), que a la vez es reflejo de la evolución que ha experimentado la propia sociedad.






[Por cierto, esta vez el documental está disponible en YouTube, pero no siempre es así y creo que hasta ahora no lo había indicado: por supuesto, si algún incauto se atreve a ver alguna de las series, pelis, etc. que comento en el blog y no le resultan fáciles de encontrar, que me lo diga y le explico de dónde las he sacado o directamente se las paso...]



miércoles, 18 de diciembre de 2013

Sin reservas y sin complejos




El otro día, al terminar la entrada sobre Treme, me di cuenta de que no había mencionado el peso que las tramas de Jeanette Dessautel tiene en la serie. Es uno de los personajes más entrañables de la serie y sus aventuras y desventuras en el mundillo de la restauración de alto nivel es otra de esas cosas que solo una serie como la de David Simon podía reflejar con tanto cariño y tanta verosimilitud. Y esa autenticidad se debe en gran medida a que el señor Simon ha conseguido la colaboración de una persona que conoce bien ese microcosmos, Anthony Bourdain, que firma el guion de algunos episodios.


No obstante, Bourdain es sobre todo conocido por su serie de documentales sobre viajes y gastronomía, No Reservations, en Travel Channel. En ellos, este mediático cocinero y escritor dedica cada episodio a una ciudad, región o país a través de los cinco continentes, ofreciéndonos una pequeña muestra de su cultura gastronómica.




La temática es apasionante y no en vano ha dado para ocho temporadas, varios especiales y una nueva serie titulada Parts Unknown. Y sin embargo, a pesar de que aúna dos de los temas que más atractivos pueden resultarnos a cualquiera, a mí no me termina de convencer. 


Al principio creía que la primera temporada era de exploración. Bourdain intenta encontrar el tono y en muchas ocasiones el guion que tienen preparado no da el suficiente juego como para hacer del episodio algo interesante, así que lo aliñan con, ¿cómo lo diría? ¿“Teatrillo”? ¿Idas de olla? Digamos que son meros minutos de relleno. 
A partir de la segunda temporada procuran reducir el protagonismo de Bourdain y se centran más en los propios destinos y lo que pueden ofrecer en términos no solo de gastronomía, sino también de la vida más o menos cotidiana... La estructura típica de este tipo de episodio sería: Anthony llega al destino y algún personaje local le lleva a un par de restaurantes populares y más tradicionales; si ha lugar, después muestra la cocina de autor y, finalmente, participa en alguna comida de corte familiar. Estos son los episodios que atrapan, hasta que vuelven a las andadas y se les olvida que lo interesante no es ver a Anthony ofreciéndonos sus supuestas perlas de sabiduría, sino descubrir el destino a donde nos ha llevado esa vez.





Así, pese a que soy público cautivo de este tipo de documentales, no acaba de gustarme No Reservations y más o menos me he quedado estancada en la quinta temporada. Si el destino es relativamente exótico (olvidaos de casi cualquier destino en Estados Unidos o Europa) o da juego (los episodios sobre Líbano, Laos o Haití, por ejemplo, son brutales), el programa puede ser la mar de entretenido, pero en demasiadas ocasiones el personaje se come al programa. El ego de Bourdain podría dar sombra a un país entero y cuando hace el mismo chiste sobre los vegetarianos por quincuagésima vez, terminas por cogerle un poco de manía. Claro que es importante que en un programa así no esconda su personalidad, pero en ocasiones resulta molesto. Además, a pesar de ser de los que presume de no ser un turista, en más de una ocasión termina cayendo en los tópicos que tanto detesta y se queda en lo más superficial, sin llegar a profundizar en la cultura que quiere mostrarnos... 


Y es una pena, porque la combinación de presentador carismático y viajes gastronómicos normalmente me encanta, como sucede en muchos otros casos. Así que, por el momento, una servidora deja aparcado a Anthony... De todas formas, parece que estoy sola en esto, visto que tanto la popularidad como los premios le acompañan. Si le dais una oportunidad a la serie, ya me diréis si a vosotros sí que os convence.


lunes, 7 de octubre de 2013

Bach en Madrid





Tener sueños es sencillo. Lo que no lo es tanto es hacerlos realidad. Y lo que raya en la locura, esa bendita locura que nos escapa al común de los mortales, es lo que ha conseguido el Maestro Óscar Gershensohn en Madrid.


Quienes hayan coincidido con él ya sabrán que es un apasionado de Johann Sebastian Bach, pero que haya sido capaz de convertir la capital española en un referente bachiano se me antoja una locura y, sin embargo, eso es precisamente lo que narra el documental Bach en Madrid, de cuyo estreno pudimos disfrutar el jueves pasado en el Círculo de Bellas Artes.


Durante su proyección, a la que asistieron el Maestro, el director José del Río y algunos de los protagonistas, como el musicólogo Andrés Ruíz Tarazona o miembros de La Capilla Real de Madrid e Hippocampus, pudimos descubrir qué es la integral de las cantatas de Bach, qué ha supuesto para los participantes y qué ha significado para la ciudad de Madrid. Hemos conocido las dificultades técnicas que entraña cantar este repertorio y los problemas logísticos para conseguir reunir a tantos músicos de muy distinta procedencia.



Lo que empezó en 2004 siendo un ciclo de 25 cantatas para un año, fue creciendo en aspiraciones y alcance, reuniendo cada vez a un número mayor de músicos y a un público deseoso de sumergirse de lleno en la magia del genio de Leipzig. Además, no olvidemos que los conciertos se celebraron en el marco para el que fue escrito este tipo de música: la iglesia. Vemos colas inmensas de gente esperando para entrar y en algún momento se comenta que el número de asistentes ha oscilado entre los 45.000 y los 47.000. Como afirma Emiliano Cano, uno de los intérpretes, "la música barroca engancha". Y yo os lo puedo confirmar. Además, otro de los aciertos de estos ciclos de cantatas fue que no se limitaron al centro de Madrid, sino que llevaron el arte a casi todos los distritos de la capital.


El documental también nos desvela las vicisitudes económicas para llevar a cabo un proyecto de esta magnitud, sobre todo teniendo en cuenta la actual situación de crisis, que afecta especialmente al delicado estatus de la música culta, casi siempre a merced de mecenazgos con poco interés real en lo puramente artístico.


Sin embargo, lejos de caer en la queja gratuita o en el desánimo, la cinta logra dejarnos con buen sabor de boca. Efectivamente, a pesar de todas las dificultades y los obstáculos, hay lugar para el optimismo. Y es que, aunque el ciclo de las cantatas terminó, su legado continúa gracias a la implicación y el compromiso de nuevos patrocinadores, entre los que destaca el Círculo de Bellas Artes, sede del nuevo proyecto del Maestro Gershensohn: el Círculo Bach. Su segunda temporada arranca precisamente hoy con un maratón de cinco horas de sonatas, arias y corales.


El documental no es solo una conmovedora muestra de las múltiples facetas que ha supuesto llevar a cabo un proyecto como este durante nueve años. También nos ofrece una imagen clara y valiente del estado actual de la música culta en nuestro país. Estoy segura de que con el tiempo, el testimonio que Bach en Madrid ofrece servirá para entender el lugar que ocupaba el arte en este otoño de 2013.



martes, 10 de septiembre de 2013

La revolución del 59: The Year that Changed Jazz




Puede que 1959 pase a la historia por ser el año en que Fidel Castro llegó al poder en Cuba. Sin embargo es otra revolución, de ámbito más cultural y gestada un poco más al norte, la que nos descubre el documental que hoy os recomiendo.


1959: The Year that Changed Jazz es un documental de la BBC Four de 2009. En él se analiza la importancia de cuatro álbumes de jazz que aparecieron en aquel año y que revolucionaron la historia de la música: Kind of Blue, de Miles Davis; Time Out, de David Brubeck; Mingus Ah Um, de Charles Mingus; y The Shape of Jazz to Come, de Ornette Coleman.




El documental parte de la escena del bebop de los años cuarenta, que fue el caldo de cultivo en el que estos cuatro músicos pudieron empaparse del estilo y las influencias de otros maestros como Charlie Parker, en cuyo quinteto se iniciaría Davis. Su disco Kind of Blue, con más de cinco millones de copias vendidas hoy es considerado el mayor éxito de la historia del jazz.







A pesar de comenzar en el mundo del bebop, los cuatro músicos, cada uno con su estilo y personalidad, acaban por abrir nuevos caminos para el jazz, tanto en lo puramente musical como en su alcance social. Ya sea desde dentro del sistema, como sucede en el caso de Dave Brubeck, que a pesar de tardar años en conseguir miembros para su banda o de enfrentarse a acusaciones de racismo, consiguió llevar el jazz a la clase media norteamericana. O bien enfrentándose abiertamente al sistema, como hizo Charles Mingus en su pieza Fables of Faubus. En ella, Mingus utiliza la música como arma contra el gobernador de Arkansas, Orval Faubus, que en 1957 se opuso a la integración de un grupo de estudiantes negros en una escuela blanca.


El documental resulta didáctico, pero no se hace aburrido en ningún momento. Solo en el caso de Time Out se atreven a entrar en un análisis algo más musical, que en realidad se limita a mencionar los cambios de patrón rítmico de las distintas piezas, una idea que Brubeck gsetó mientras viajaba por el Este de Europa y Asia. Por lo demás, se trata más bien de analizar la importancia histórica de los cuatro álbumes y su vigencia en la actualidad. Plagado de intervenciones de músicos, críticos y otros, desde Lou Reed hasta Charlie Haden o Sue Mingus, es una delicia poder ver y escuchar grabaciones de la época (como las tomas de estudio de la grabación de Kind of Blue) o disfrutar de los testimonios de los propios Brubeck y Coleman.


Me cuesta no hablar de cada anécdota y de cada pasaje del documental, porque me ha encantado. Así que voy a cortar antes de contaros absolutamente todo lo que sucede en su metraje. Es evidente que si no os gusta el jazz no es para vosotros, pero si os interesa mínimamente la música y la historia, es muy recomendable: entusiasmará a los aficionados y dejará con ganas de más a los noveles. Aquí tenéis la primera parte, con subtítulos en castellano. Que lo disfrutéis.




miércoles, 21 de agosto de 2013

Camino de perfección



A sus 85 años, el maestro Jiro Ono aún se esfuerza por crear la pieza de sushi perfecta. Y esto a pesar de que su restaurante Sukiyabashi Jiro cuenta con tres estrellas Michelin. El documental Jiro dreams of sushi, estrenado en 2011, nos muestra la fascinante personalidad de quien, a pesar de la edad y el reconocimiento mundial (Joël Robuchon afirma que es uno de sus restaurantes favoritos), confiesa que aún no ha alcanzado la perfección.
 

A lo largo de 80 minutos de elegante y sugestivo metraje, descubrimos la biografía del maestro, que a los nueve años se marchó de casa y que ni siquiera asistió al funeral de su padre. Conocemos su filosofía de silencioso esfuerzo y abnegación, escuchamos las opiniones de sus dos hijos, uno de los cuales tiene sobre sus hombros la difícil tarea de suceder al maestro, sus cocineros y aprendices, sus proveedores... Recorremos la lonja del pescado de Tsukiji, donde asistimos al examen minucioso de los atunes (o, más bien, sus colas), en la búsqueda obsesiva del ejemplar ideal para el restaurante (un minúsculo local en Giza, para el que hay que reservar con más de un mes de antelación y calcular a partir de 230 euros por comensal). 


Puede parecer aburrido, pero es un documental hipnótico. No solo por el primor con que se ve preparar cada uno de los alimentos, sino porque la fuerte personalidad del maestro y la disciplina de la que se rodea son alucinantes. Para ser cocinero en Sukiyabashi Jiro hay que pasar por un periodo de aprendizaje de diez años, en el que se empieza estrujando trapos para, una vez dominada esta tarea a la perfección, ir superando otros obstáculos.
Por el camino quedan aquellos que apenas aguantan un día. La cocina es un baile de pulcritud y precisión, un homenaje lleno de respeto a los mejores ingredientes, que va más allá del beneficio meramente económico. Gambas que se hierven al momento de servir, arroz cocinado a presión mediante métodos artesanales aparentemente sencillos, pulpos que se masajean durante 50 minutos para ablandarlos. Y todo esto nos lo muestran sin alharacas ni fuegos de artificio. Desde el silencio o con piezas de música clásica sutilmente combinadas con las imágenes. 


En una época en que todos buscan la notoriedad, el éxito rápido y el dinero fácil, el maestro Jiro da una lección de compromiso y trabajo silencioso. Y es una gran alegría ver que su vida de esfuerzo se ha visto recompensada con el más alto galardón, incluso sabiendo que quizá nunca vayamos a tener la oportunidad de disfrutar de su arte. El documental es en cierto sentido un ejercicio de nostalgia, ya que no duda en subrayar la excepcionalidad del maestro y la imposibilidad de que sus sucesores lleguen a su nivel de perfección, y aún así, no resulta amargo ni excesivamente sentimental. En realidad, se trata de una sosegada celebración del trabajo bien hecho y la búsqueda de la perfección. Imprescindible.


domingo, 11 de agosto de 2013

Aventureros al tren (13/05/2013)

[Estas entradas pretenden recuperar algunos de los posts que publiqué en www.ytuquemiras.net, donde aún se pueden consultar los originales; lamentablemente, la mayoría de fotografías y vídeos se han perdido, así que es muy probable que el contenido multimedia de esta página no coincida con el de las entradas de dicha web. La entrada de hoy se publicó inicialmente el 13 de mayo de 2013.]

Así es como yo me siento cuando viajo en tren... Chuchuuuu
Pues no, no voy a hablaros del famoso juego de mesa; primero, porque aún no me han invitado a esas timbas que ciertos seriéfilos tuiteros organizan y, segundo, habría que levantarse del sofá...

Yo lo que quiero es presentaros tres de los muchísimos documentales que abundan por internet sobre viajes en tren. En serio, hay una cantidad ingente y es probable que en próximas entregas os presente algún otro con más detalle (aunque a mi ritmo de publicación, es probable que eso no suceda hasta marzo del año que viene).

A mí siempre me han gustado los documentales. Igual que en el caso de las series, podemos dividirlos en dos grandes bloques: los Documentales para ver y los Documentales para sestear. En este último grupo encontramos los de animales, los de narrador con arrulladora voz en off y los vergonzantemente obsoletos (en serio, una cosa es echarte unas risas con el archivo de RTVE y otra cosa es ponerte un documental y no poder ni echar una cabezadita porque estás inmerso en una paradoja timey-wimey.)

Entre los Documentales para ver, me fascinan los de viajes (también los de gastronomía, a esos también les podríamos dedicar otro post... aunque no prometo nada). Lo ideal es que se trate de crónicas en primera persona; es decir, un pirado decide irse a recorrer esos mundos de Dios con un cámara de fiel escudero y darnos envidia-compasión-repelús mientras nos tomamos el café con galletas. Por ejemplo:

1. All Aboard: en esta producción de One Planet, acompañamos a la joven Emma Han, con su maravilloso acento, de China a Marruecos y de Cuba a Malasia, incluyendo mal de altura, trenes nocturnos sin luz eléctrica y gente común muy, muy interesante.





2. Indian Hill Railways: India ejerce sobre mí una fascinación especial; no hay otro país que me atraiga y me repela tanto. Los Ferrocarriles de montaña de la India son pequeñas líneas creadas durante la época colonial que aún están en funcionamiento, a medio camino entre un medio de transporte práctico y el mero tren turístico. En esta serie de documentales de BBC4, visitamos las tres líneas, conocemos a sus viajeros y, sobre todo, descubrimos al personal que trabaja con humildad y orgullo en este símbolo para el país. Una maravilla.



3. Extreme Railways: en el primer episodio, el buen señor Chris Tarrant, que no es ningún novato, pone una cara que es un poema cuando su tren se queda varado dentro de un túnel en medio de la selva congoleña. Y, a partir de ahí, os podéis imaginar el resto. Quizá el segundo documental de la serie sea un poco más flojo, pero por el momento es una única temporada de tres episodios, así que se ve en nada.



Estos tres documentales ofrecen una visión realista, pero en ningún caso son pesimistas ni nos amargan con moralinas hipócritas (esto también daría para otro post). Nos sacan de nuestra rutina y nos muestran otras formas de vida y otras formas de viajar. Son didácticos y, por supuesto, nos hacen pensar, pero sobre todo son divertidísimos, y creo que ofrecen una alternativa perfecta a la ficción televisiva y a otros documentales a los que quizá estemos más acostumbrados. Lamentablemente, aunque son relativamente fáciles de localizar, ya sabéis que no suele haber subtítulos para los documentales y los acentos, en ocasiones, pueden ser un poco difíciles. Pero, atreveos, dadles una oportunidad. Estoy segura de que no os arrepentiréis. Eso sí, el día que os pongáis con ellos, olvidaos de la siesta.