lunes, 10 de marzo de 2014

De fiesta por Kabul



Si alguna vez habéis vivido como expatriados, sabréis que la realidad siempre supera la ficción y que cualquier situación, por insignificante que parezca, puede terminar escalando hasta convertirse en un acontecimiento inolvidable. Lo difícil es luego saber contar con gracia esas mil batallitas.


La fuente inagotable de historias, historietas, anécdotas y vivencias más o menos surrealistas que supuso vivir durante varios años en Afganistán es lo que llevó al periodista y escritor Marc Victor a desarrollar el guion de Kaboul Kitchen, serie de inspiración autobiográfica producida por Canal + France, que ya está rodando su tercera temporada.


En esta serie, cuya primera temporada se estrenó en 2012 en su país (no entiendo cómo Canal + España no la ha emitido, cuando sería perfecta para su perfil) y que yo acabo de terminar de ver, seguimos las andanzas de Jacky Robert (Gilbert Melki), el dueño de Kaboul Kitchen, el restaurante que sirve de punto de encuentro para los extranjeros que viven o se dejan caer por la capital afgana. La acción se sitúa en 2005, con George W. Bush en el poder, los estadounidenses desplegados por todo el mundo y sin crisis económica a la vista. En Kabul convive una fauna heterogénea con el honroso fin de reconstruir el país. Pero periodistas, observadores onusianos, miembros de ONG, diplomáticos, empresarios y aventureros de toda índole necesitan un lugar para relajarse, y el establecimiento de Jacky es lo más parecido que pueden tener a estar en casa: en él se puede tomar el sol, nadar en la piscina, beber alcohol, comer alimentos prohibidos o bailar olvidando momentáneamente lo que hay más allá de sus muros. Pero esta burbuja de "occidentalidad" en el corazón de Afganistán no es fácil de mantener.


La serie da comienzo cuando aparece en el restaurante Sophie (Stéphanie Pasterkamp), la hija de Jacky, al que lleva sin ver prácticamente toda su vida. La filosofía eminentemente práctica del empresario choca con el idealismo de la joven, que tiene previsto colaborar con una organización no gubernamental activa en la ciudad.


Estoy convencida de que a los guionistas apenas les ha hecho falta inventarse nada. Los prototipos, empezando por el propio Jacky y terminando por ese maravillosamente excesivo personaje del coronel Amanullah (Simon Abkarian), resultan verosímiles y las situaciones, por ridículas que parezcan, nos son familiares. Quizá hasta alguno hayáis vivido alguna cosa parecida.


Partiendo del filón que la temática ofrece, esta serie tiene dos cosas que hace que la receta funcione y  merezca la pena: es francesa y es de un canal de pago. Estos dos elementos hacen que la serie no se ande por las ramas con tramas innecesarias para agradar a un público que no es el que busca, que el humor tenga bastante mala uva y que las historias tengan muy poca vergüenza a la hora de tratar algunos temas delicados. Y, aunque es inevitable que el punto de vista sea eurocéntrico, se esquiva con maestría la identificación demasiado burda de buenos y malos, ya que todos tienen motivos e intereses para estar donde están y hacer lo que hacen. 


Quiero resaltar el tipo de humor que presenta la serie porque me parece fundamental. No creo que sea para todos los públicos y algunas de las situaciones que se retratan, en cualquier otro contexto, serían más propias de un documental de denuncia que de una comedia (aunque la serie se ha rodado en Marruecos, las tomas de situación muestran imágenes reales de Kabul y algunas te dejan con la boca abierta). Aquí aparecen asesinatos, talibanes, tráfico de drogas, prostitución y desigualdad. Y sin embargo, la realidad resulta tan surreal que es imposible no reirse. Todo es tan tremendo que se te escapa la carcajada, aunque siendo muy consciente de lo que ves. 


Supongo que el humor es la mejor (si no la única) forma de enfrentarse a situaciones que no son, desde luego, para sentirse orgullosos, así que es muy de alabar el equilibrio que han conseguido Marc Victor y el resto de creadores. Me parece una serie excelente y aunque, que yo sepa, no hay subtítulos en español (sí que los hay en inglés) no puedo dejar de recomendarla. Aquí tenéis el primer episodio (parece que la primera temporada está completa en youtube), que lo disfrutéis.





2 comentarios:

  1. Noe, gracias por descubrirme esta serie. Acabo de verme este capítulo y la verdad me he quedado con ganas de más. :)

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    1. A su servicio, señora Nitzia. Es que no podía aguantarme el recomendárosla. :)

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