lunes, 16 de junio de 2014

Río: los horarios



Iba a decir que Brasil mola. De hecho podría decirlo cada vez que abra un post hasta que me convenzan de lo contrario. Pero Brasil es muy grande y yo, por el momento, solo puedo hablar de este puntito chiquitito en el mapa. Así que, rectifico: Río mola.


Entre otras cosas, porque parece que aquí hay unos horarios al servicio de lo humano. Los que me conocéis un poco sabéis que estoy totalmente a favor de la racionalización de horarios en España. Creo que comer a las dos de la tarde, cenar a las diez y acostarse más tarde de las doce es una locura. Igual que son una locura esos horarios comerciales y de oficina infames, que obligan a hacer malabares para conciliar la vida familiar y la laboral.


Cuando llegué a Río tenía bastante miedo a cómo organizar mi trabajo. La capital fluminense, que comparte huso horario con Brasilia (y, si os fijáis en la imagen, con una parte importante del continente), tiene cinco horas de diferencia respecto a Madrid. Es decir, si aquí son las diez de la mañana, en Madrid son las tres de la tarde. 


Pensaba que iba a ser una tortura lo de levantarme pronto (para poder seguir dando servicio a mis clientes en España), pero no. Despertar sobre las cinco, encender el ordenador, contestar a los primeros mails y desayunar hace que a las seis menos cuarto esté en la calle con el perro. Y a esas horas, esto ya está en marcha.


Mi primera impresión de Río desmiente cualquier prejuicio que podamos tener sobre el "dolce far niente" de los brasileños: samba 0, trabalhar 1. Aquí amanece a las seis de la mañana y a esa hora ya está la calle con mucha actividad. La entrada al metro bulle mientras la corneta toca diana en la estación de bomberos de Pompeu Loureiro y las lanchonetes, pequeños restaurantes de comida rápida, reciben a los primeros cafeteros del día. Poco después abrirán las primeras tiendas y hacia las nueve ya están en marcha todos los establecimientos de Nossa Senhora de Copacabana y alrededores. El horario comercial se extiende hasta las seis de la tarde, que es cuando anochece, con algunas excepciones de supermercados y droguerías, que cierran sus puertas más tarde. 


Las comidas durante la semana tienen lugar entre las once y hasta la una, más o menos, y son bastante livianas. Una vez más, cobran protagonismo las lanchonetes, con su amplia variedad de bocaditos salados y sus maravillosos zumos de frutas. Se cena bastante pronto y no es raro ver cómo los restaurantes comienzan a llenarse hacia las siete de la tarde. Aunque Copacabana resulta excepcional por su gran afluencia de extranjeros, lo normal es recogerse sobre las ocho o las nueve. 


Los que ya conocéis Río, ¿también os llamó la atención lo pronto que se pone en marcha la gente? ¿O es una percepción solo mía? ¿Cuál es vuestra experiencia? ¿Mantuvísteis el "horario español" u os adaptásteis al ritmo de los lugareños?

4 comentarios:

  1. llevo casi 8 años viviendo en España y sigo manteniendo mis horarios americanos, no entiendo por qué aquí todo es tan tarde y tan poco compatible con los horarios laborales! >_<

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    1. Lo de España es demencial y cada vez somos más los que tenemos muy claro que no se puede seguir así. Espero que algún día cambie la cosa.

      Muchas gracias por comentar, Remorada. Es un placer verte por aquí.

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  2. Yo creo que lo más echo de menos de Irlanda son los horarios. Lo de este país es una locura.

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    1. Hace unos meses parecía que se hablaba en España de eliminar lo del horario de verano y de adaptar los horarios a la conciliación laboral. Pero no se ha vuelto a saber nada del tema, ¿verdad?

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