lunes, 17 de febrero de 2014

La peli del sábado: Adaptation (2002)



La de hoy es una de esas películas que tenía esperándome desde hacía tiempo pero que, aún no sé por qué, todavía no había visto. Así que ya iba siendo hora de sacarla del disco duro y echarle un vistazo. ¿Por qué no? Y me alegro mucho de haberla visto por fin.


Ahora mismo, ni siquiera recuerdo por qué la tenía en la lista de pelis pendientes. Una vez vista, supongo que al tratarse de una comedia de Spike Jonze y Charlie Kaufman y lo mucho que me gustó Cómo ser John Malkovich, era lógico que la tuviera apuntada. Pero si soy sincera, me había olvidado completamente de ella. Y la sorpresa ha sido grande y muy agradable.


Es difícil describir el argumento de Adaptation sin caer en espoilers, aunque en realidad (y una vez más) este es lo de menos. Resumiendo mucho, este sería el punto de partida: nada más terminar el rodaje de Cómo ser John Malkovich, su guionista, Charlie Kauffman (Nicholas Cage), se enfrenta a unas enormes dificultades a la hora de adaptar El ladrón de orquídeas, novela escrita por Susan Orlean basándose en la vida del coleccionista John Laroche.


Lo divertido, y realmente resulta muy divertido, es todo el juego de ¿falsa? biografía, autorreferencias y metalenguaje que se desarrolla a lo largo de toda la película. A modo de pequeñas profecías autocumplidas, Kaufman nos va dejando caer pistas o, directamente, menciones explícitas de lo que ha sucedido, está sucediendo y está por suceder, incluso dejando caer alguna crítica abierta del próximo giro de guion. No es tanto un rompecabezas como un chiste, un divertimento autoconsciente entre el creador y espectador. Y, en ese sentido, me ha recordado a lo que Umberto Eco hacía en Baudolino, estableciendo un trato con el lector, pero a la vez jugando al engaño de no saber nunca si lo que se cuenta es verdadero o falso.



La película no busca empatía ni identificación con los personajes; antes bien, la distancia por parte del espectador creo que es algo bastante deliberado. La película se ve desde fuera y a ello ayudan todas esas referencias, los cameos, la voz en off, el (doble) papel de Nicholas Cage (y su caracterización), incluso esa primera secuencia darwiniana o la aparición de los caimanes...


La propia película se reafirma en la ausencia de una gran historia, acaso para inmediatamente después desdecirse en un tercer acto sublime. La búsqueda de una pasión inexistente en una flor de gran belleza, pero que no es más que lo que es, se interpreta como la metáfora definitiva. Los personajes con los que se va encontrando Kaufman forman un tejido cuyos hilos se enmarañan siguiendo un esquema perfectamente diseñado. Y, una vez más, es en el propio film donde encontramos la clave de lo que estamos viendo: se trata ni más ni menos que de el "uróboros", la serpiente que se devora a sí misma por la cola. 


En resumen, como ya sucedió con Cómo ser John Malkovich, una película original, imaginativa y muy divertida. Y una lección de guion. Si aún no la habéis visto, os la recomiendo.



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