miércoles, 11 de septiembre de 2013

Una serie menos




Os confesaré algo: yo ni sabía que Hallmark (sí, la marca de las tarjetas de cumpleaños) tenía una canal de televisión propio. Lo he descubierto hace nada, pero creo que es la primera y la última vez que me atrevo con él. O no, no sé, pero la primera experiencia no ha sido demasiado positiva...



Hace unos días publiqué una entrada en la que reflexionaba sobre aquellas series que terminamos dejando por uno u otro motivo. Pues bien, hoy os presento la última serie a la que he dado una oportunidad y que, sin duda, dejará un bonito espacio libre en mi disco duro. 


Cedar Cove es una serie dramática estrenada en julio de este año por Hallmark Channel en los Estados Unidos. La serie está basada en una serie de novelas de la autora romántica Debbie Macomber y, teniendo en cuenta mi afición por la literatura basura, pensé que una serie de las mismas características no estaría mal para las sobremesas de final de verano. Pero no. Todo tiene un límite.

Aquí el galán...

Es cierto que Andy MacDowell venía de Jane by Design, que tampoco es que haya sido un hito de la historia de la televisión, pero al menos esta última serie tenía gracia. Es verdad que la televisión está de moda y que muchas actrices de cierta edad se están pasando de la gran pantalla a la pequeña, pero esta mujer debería tener algo más de criterio... En la serie interpreta a Olivia Lockhart, la juez del tribunal de Cedar Cove, a la que un antiguo amigo de la universidad propone convertirse en juez federal. Aunque intenta mantenerlo en secreto, pronto se convierte en la comidilla del pueblo.


En principio no tendría demasiados problemas con la calidad técnica: que los decorados sean de cartón piedra, que el CGI se vea a la legua o que la iluminación en ocasiones parezca de una comedia española no es lo que va a hacer que yo deje una serie. Es cierto que la serie tiene un tufillo a telefilm noventero que no resulta demasiado atractivo, pero quien haya visto cualquier comedia inglesa sabe obviar estos pequeños detalles. El problema de Cedar Cove es que se toma tan en serio a sí misma, tiene tan claro que quiere ser un oasis de ternura, amor y amistad que echa para atrás. No funciona como "lugar feliz": lo tierno es plomizo, lo cercano resulta ajeno, las protagonistas me caen antipáticas y los secundarios graciosos son increíblemente artificiales. Los personajes masculinos son un cero a la izquierda y ni siquiera resultan físicamente atractivos. Cedar Cove querría ser Cicely o Stars Hollow, pero ni se acerca.


Y no creo que me pillara en un mal momento, sabía bien lo que iba a ver y había escogido el momento en que me apetecía ver algo así: es que todo era un despropósito. Así que después de perder media hora de mi vida aburriéndome con el primer episodio (la otra media hora de duración me la pasé durmiendo, así que no la doy por perdida), la dejo. Sé que no es para mí. Supongo que habrá a quien le guste, pero por esta vez, y sin haberlos leído, me quedo con los libros.



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